13 Feb
La Ciudad en el Siglo XIX: Transformación y Revolución Industrial
En el siglo XIX, la ciudad experimenta una de las mayores transformaciones de su historia como consecuencia de la Revolución Industrial. La ciudad, consolidada en el siglo XV, sufre un cambio radical. El territorio se modifica: por primera vez, se produce un traslado masivo de población del campo a las ciudades o zonas industriales, incrementando considerablemente el tamaño de las urbes (Londres quintuplica su población en el siglo XIX). Nace el urbanismo como disciplina, proponiendo soluciones a la ciudad con un carácter más global y respondiendo a las necesidades urgentes de la época.
Los estudios urbanos del siglo XIX presentan dos vertientes:
- Descriptiva: Observación, ordenación y explicación de los fenómenos urbanos.
- Crítica: Denuncia del deterioro de las ciudades y la baja calidad de vida de los trabajadores.
Un ejemplo destacado es el plan de Manhattan en Nueva York (1811), que introduce una cuadrícula uniforme, una retícula de rectángulos, como modelo de planificación urbana.
Impacto de la Revolución Industrial en Europa
La Revolución Industrial, originada en Europa, afecta profundamente al territorio europeo. El crecimiento urbano conlleva un aumento demográfico, una disminución de la mortalidad y una mejora del nivel de vida, rompiendo el equilibrio generacional preexistente.
La Revolución incrementa la producción de bienes y servicios, y provoca una redistribución masiva de la población. Los campesinos se convierten en asalariados y se trasladan cerca de las industrias, los cauces de agua, los yacimientos de carbón y las periferias urbanas. Se desarrollan suburbios y se mejoran los medios de comunicación (carreteras, ferrocarriles, barcos de vapor), favoreciendo el intercambio de mercancías y la movilidad, permitiendo que las personas vivan en un lugar y trabajen en otro. El valor de los edificios y del terreno se deslindan, acelerando la sustitución de edificaciones.
Las tendencias del pensamiento político se dividen entre:
- Quienes pretenden mantener las ideas antiguas (clases dirigentes), rechazando los cambios.
- Quienes buscan soluciones a los nuevos problemas urbanos.
Las clases acomodadas acusan el desorden urbano, que se convierte en un problema serio debido a las revueltas urbanas de las clases desfavorecidas.
Transformaciones Urbanas en París y Viena
París y Viena experimentan grandes transformaciones debido a las revueltas y el descontento popular. Las revoluciones generalizadas en Europa dan lugar a gobiernos de carácter liberal. Estas ciudades sufren cambios significativos en su estructura urbana.
Los Ensanches Españoles del Siglo XIX
En España, destacan los ensanches como proyectos relevantes de la segunda mitad del siglo XIX:
- Barcelona: El ensanche de Barcelona, tras la demolición de las murallas, se organiza mediante un concurso de propuestas. La cuadrícula resultante crea grandes manzanas con chaflanes, generando una secuencia de espacios urbanos. Se exploran distintas formas de organizar las manzanas.
- Madrid: El Plan Castro, contemporáneo al de Barcelona, presenta un ensanche con calles más estrechas y sin los característicos chaflanes barceloneses. En general, es menos generoso urbanísticamente que el de Barcelona.
La Escuela de Chicago y el Art Nouveau
La Escuela de Chicago: Innovación y Rascacielos
A finales del siglo XIX, Chicago, fundada en 1830 con la retícula típica de Manhattan, experimenta un auge económico gracias a su ubicación en una zona de pradera y a su papel como nudo ferroviario durante la Guerra Civil.
El gran incendio de 1871 arrasa la ciudad, impulsando su reconstrucción con innovaciones, especialmente en la zona del Loop. Se buscan dos tipos de edificios: almacenes y edificios de oficinas. La reconstrucción demanda edificios diáfanos, con mucha luz y resistentes al fuego, sentando las bases de los rascacielos. La optimización del coste del suelo, debido a su ubicación central, impulsa la construcción en altura. El ascensor, con cable de acero y freno de seguridad, creado por Otis, se convierte en un elemento técnico crucial, permitiendo duplicar la altura de los edificios. El acero reemplaza a la estructura tradicional de ladrillo, permitiendo plantas diáfanas y mayor altura. Se introducen mejoras como la ventilación técnica forzada y la protección contra incendios.
Dentro de la Escuela de Chicago, destacan dos tendencias:
- El edificio First Leiter, de William Le Baron Jenney, con su entramado visible y ventanas de suelo a techo.
- El edificio Troescher, de Sullivan.
El edificio Monadnock, de Burnham & Root, construido en ladrillo y con ascensores, representa la máxima altura alcanzable con este material. Presenta numerosas ventanas, las llamadas «ventanas de Chicago», y una arista marcada en la base y difuminada en la parte superior.
La estructura metálica se utiliza de forma definida, dando lugar a entramados ligeros que requieren revestimiento. Este es un elemento novedoso que surge en Chicago.
La construcción de estos edificios sufre un parón en 1893 debido a la Exposición Precolombina, donde se construyen pabellones historicistas que marcan un cambio de moda, impulsando la demanda de edificios con elementos ornamentales.
Art Nouveau: Renovación y Transición
El Art Nouveau representa el espíritu de finales del siglo XIX y, a su vez, un inicio de la arquitectura moderna. Busca la renovación arquitectónica, abandonando los estilos del pasado, y se considera un primer paso hacia la arquitectura moderna. Se desarrolla en varios lugares simultáneamente, con distintas características formales. Surge en Bélgica y recibe diferentes nombres en cada país (en España, se desarrolla principalmente en Cataluña). Comparte un espíritu común: un lenguaje nuevo y nuevas formas para la arquitectura. Este movimiento no solo afecta a la arquitectura, sino que se extiende a otras artes. Se plantea una dualidad entre lo artificial y lo natural, donde lo orgánico y lo abstracto coexisten. La integración con otras artes es otra característica fundamental del Art Nouveau.
La primera obra Art Nouveau conocida es la casa Tassel en Bruselas (1893), de Victor Horta.
Gran parte de las obras de esta época son viviendas privadas para la alta burguesía, pero también se construyen edificios públicos, como la Maison du Peuple, de Horta.
Horta también diseña las entradas del metro de París, utilizando el mismo diseño para todas gracias a la industrialización, popularizando la arquitectura y haciéndola accesible a todos.
Gaudí y el Modernismo Catalán
En España, destaca Antoni Gaudí, cuya arquitectura compleja combina racionalidad constructiva, referencias al gótico, elementos simbólicos, una imaginación desbordante y sus creencias religiosas.
Su obra más conocida es la Sagrada Familia, pero el Parque Güell refleja mejor su estilo, destacando el uso de piezas cerámicas sobrantes para revestir el banco. Gaudí buscaba un estilo catalán para expresar ideas de carácter nacional.
Otto Wagner y la Secesión Vienesa
En Viena, Otto Wagner, uno de los arquitectos más importantes de la época y profesor de la Escuela de Arquitectura, inicialmente con un estilo neorrenacentista, evoluciona hacia la arquitectura moderna. Sus obras posteriores muestran formas vegetales geométricas, menos sinuosas, y superficies que resaltan elementos como las pilastras de las esquinas y la coronación.
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