07 Ene
La Transición Española a la Democracia: Política, Economía y Sociedad (1975-1996)
Política en la Década de 1970
La política en la década de 1970 se caracterizó por la coexistencia de tres corrientes: los que buscaban la continuidad del régimen de Franco, los que promovían una reforma desde las instituciones para culminar con la democratización del sistema, y los que abogaban por una ruptura con el pasado dictatorial y la construcción de un nuevo sistema político. Carlos Arias Navarro continuó con el inmovilismo, implementando medidas poco esperadas por los demócratas que no contemplaban la existencia de partidos políticos. Tras la muerte de Franco, la monarquía se instauró bajo el mando de Juan Carlos de Borbón. La oposición, ante las insuficientes medidas tomadas por Navarro, presionó mediante la unión de fuerzas opositoras al franquismo, solicitando la formación de un gobierno provisional y la convocatoria de elecciones generales. Esto se manifestó a través de movilizaciones, huelgas y campañas reivindicativas, reclamando la libertad de presos políticos y amnistías, lo que incrementó las movilizaciones. El gobierno y los empresarios respondieron con represión (detenciones y despidos). El rey Juan Carlos, ante la incapacidad del gobierno para resolver los problemas, forzó la dimisión de Arias Navarro y maniobró para imponer como sucesor a Adolfo Suárez, quien aceptó pilotar el gobierno hacia unas futuras elecciones generales. Suárez impulsó la Ley de Reforma Política, que reconocía los derechos fundamentales de las personas, confería la potestad legislativa y preveía un sistema electoral democrático. Para lograr su aprobación en las Cortes franquistas, prometió a los procuradores que, si votaban a favor de la reforma, mantendría su estatus económico y social. Así, la ley fue aprobada en 1976.
Primer Gobierno de Adolfo Suárez y la Constitución de 1978
Las primeras elecciones democráticas de 1977 fueron ganadas por Adolfo Suárez, del partido UCD. Su gobierno elaboró la Constitución de 1978, de carácter progresista, que define a España como un Estado social y democrático de derecho, organizado como una monarquía parlamentaria en la que la Corona tiene funciones principalmente representativas y el ejército queda sometido al poder civil. La Constitución abole la pena de muerte, declara los derechos fundamentales y libertades civiles y políticas, como el derecho a la huelga y a la libre sindicación. Además, instaura el Tribunal Constitucional y establece el derecho a las autonomías, lo que posibilitó la creación de comunidades autónomas. Este proceso se dividió en dos fases: la creación de las preautonomías y, posteriormente, la elaboración de los estatutos que darían lugar a las autonomías de Cataluña y el País Vasco, seguidas por Galicia y Andalucía. Más tarde, se constituyeron el resto de las comunidades autónomas y, en 1995, las ciudades de Ceuta y Melilla.
Segundo Gobierno de la UCD
Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones legislativas en 1979, en las que triunfó la UCD con Adolfo Suárez al frente, siendo el PSOE la segunda fuerza más votada. El gobierno continuó con la política reformista, promulgando el Estatuto de los Trabajadores, pero no emprendió políticas de reforma de la estructura productiva, lo que provocó una fractura interna y cambios de ministros, debilitando al gobierno. El PSOE presentó una moción de censura en las Cortes, que el gobierno ganó por un escaso margen. Al ver fraccionado su partido, Suárez dimitió como presidente del gobierno y de la UCD.
El Golpe de Estado del 23-F
El Golpe de Estado del 23-F fue protagonizado por sectores hostiles y antidemocráticos que veían en la legalización del PCE una amenaza. La intención era interrumpir el proceso democrático, con el apoyo de algunos políticos, mandos de la Guardia Civil y altos jefes militares. Tras el fallido golpe, se produjo un apoyo multitudinario del pueblo español a la democracia. Leopoldo Calvo Sotelo asumió la presidencia del gobierno. Las principales medidas de su gobierno fueron el Acuerdo Nacional de Empleo, la Ley de Divorcio, la petición de ingreso de España en la OTAN y la aprobación de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA). Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones en 1982.
Gobierno de Felipe González (1982-1996)
En 1982, el PSOE, liderado por Felipe González, ganó las elecciones y se mantuvo en el poder durante cuatro legislaturas. El gobierno socialista inició un proceso reformista de reconversión industrial para adaptar los sectores productivos a las exigencias del mercado internacional y al ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE). Esto permitió el saneamiento financiero y la adopción de nuevas tecnologías, pero redujo la capacidad de contratación, aumentando el desempleo. Otras medidas incluyeron la despenalización del aborto, la Ley de Reforma Universitaria, la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), el desarrollo del proceso autonómico, la reforma del ejército para acabar con el peligro golpista y la lucha contra el terrorismo de ETA. La reforma económica deterioró las relaciones con los sindicatos, desembocando en una huelga general convocada por primera vez por un sindicato de izquierda a un gobierno de izquierda. Para contrarrestar el descontento, se universalizó la asistencia sanitaria gratuita, se fortaleció el sistema de protección contra el desempleo y se garantizó el sistema público de pensiones.
Gobierno de José María Aznar (1996)
En 1996, debido a las diferencias con los sindicatos, acusaciones de corrupción dentro del gobierno, la guerra sucia contra el terrorismo, el incremento de la inflación y del paro debido a una recesión mundial, y las divisiones internas en el partido, el PP, liderado por José María Aznar, ganó las elecciones con una escasa diferencia de votos. Aznar tuvo que pactar con CiU, PNV y Coalición Canaria, adoptando una orientación centrista. En economía, sus medidas se centraron en asegurar el estado de bienestar y dialogar con sindicatos y empresarios. El mayor logro del gobierno de Aznar fue el ingreso de España en la Unión Europea (UE) gracias a los logros económicos obtenidos. La principal ventaja fue la implantación de la moneda única. Para lograr el ingreso, se llevó a cabo una gran operación de privatización de empresas públicas para reducir el déficit en las cuentas del Estado.
Economía durante la Transición
La transición coincidió con la subida del precio del petróleo, lo que provocó una grave recesión que se sumó a los problemas políticos y al retraso en la toma de medidas contra la crisis. Esto generó una pérdida de competitividad, un descenso de las exportaciones y un déficit en la balanza comercial. Para paliar la situación, el gobierno devaluó la peseta, y la inversión de capital extranjero junto con los ingresos por turismo ayudaron a mitigar la crisis. Sin embargo, la población sufrió un aumento del coste de vida y un elevado impacto en las industrias navales, siderúrgicas y de bienes de consumo, lo que incrementó considerablemente el paro. Para hacer frente a los problemas económicos, se firmó el Pacto de la Moncloa, que acordó una serie de reformas y saneamientos de la economía, así como un programa de actuación jurídica y política. Las medidas incluyeron la reducción de la inflación, reformas para repartir equitativamente la crisis y reformas fiscales, laborales, tributarias y de la Seguridad Social.
Oposición y Terrorismo
Durante la transición, la oposición se manifestó a través del involucionismo, el golpismo militar y el terrorismo, con grupos como los GRAPO y el FRAP, grupos revolucionarios antifascistas. Sin embargo, el principal grupo terrorista fue ETA, que protagonizó actos violentos y diversos secuestros.
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