12 Jul
Capitulo XVI
Cuenta que un rey llamado Iadava en la guerra de su pueblo contra otro el entro en combate, por sus grandes estrategias, su pueblo ganó la guerra, pero tubo una importantísima pérdida para él, su hijo, los días siguientes él muy apenado una y otra vez dibujaba las estrategias que usó para la batalla con mucha nostalgia, cuando de repente llegó un joven brahmán que pedía una audiencia con el rey, y este se la concedíó, dicho joven trajo para el rey un nuevo juego, que era el ajedrez, este juego, explicó el joven, era la representación de la batalla, cada pieza tenia un valor, como los visires o elefantes de guerra (que serian remplazados por las torres), al rey le fascinó dicho juego y quiso recompensar (por promesa lo que quisiera) al joven brahmán, al principio el joven no quiso aceptar el premio pero luego dijo que le diesen granos de trigo pero que le den uno por el primer cuadrado del tablero de ajedrez, dos por la segunda, cuatro por la tercera y así hasta llegar a la casilla 36, al rey la parecía entupido pedir tan poco cuando podía haber pedido ser dueño de una provincia o tener un palacio pero cundo sus calculistas le dijeron la cantidad de trigo que era, él se sorprendíó, pues era un montaña que su país no podría producir ni en un siglo, pero luego no quiso nada de recompensa, y fue nombrado como el primer ministro. El califa Al- Motasen quedó asombrado oír la historia y ordenó que le diesen al calculista un manto de honor y 100 sequíes de oro,
Capitulo XVII
Ya Beremís y el Bagdalí en su posada, llegaba bastante gente para hacerle preguntas al calculista entre ellos legó una persona llamada Aziz que estaba enardecido porque (según él) su socio lo había engañado, el calculista lo calmó y le hizo ver que estaba en un error, Aziz se vio arrepentido por juzgar mal a su socio y en agradecimiento los invitó a dar un paseo por la ciudad, en el paseo fueron a dar a un café en el cual encontraron al Sheick El -Medah estaba contando unas historias que en parte, iban dirigidas al calculista, este se sintió alagado y el Sheick El -Medah le propuso un problema; dijo que tres hermanas, la mayor vendíó 50 manzanas, la segunda vendíó 30 y la tercera, todas al precio de 7 manzanas por un denario y la pregunta era como las tres vendieron diferentes cantidades pero sacaron el mismo provecho, la explicación fue que la primera sólo vendíó 59 la segunda 28 y la tercera 7 y que las que sobraban las venderían al precio de 3 por un denario, y así obtendrían 10 denarios cada una, todos quedaron asombrados, porque ningún Ulema resolvíó ese problema sin siquiera hacer largas cuentas, y él lo hizo en un instante, a la salida en muestra de respeto, todos los alumbraron con sus lámparas.
Capitulo XVIII
Al día siguiente, llegó un egipcio que llevaba una carta para el calculista, él pensaba que eran para que las comiencen antes, pero era porque el Sheick Iezip quería presentarle unos amigos al calculista Beremís y sobre todo presentarle al príncipe Clazir, este se apresuró a ir con tres personas como escolta, cuando llegaron, Beremís se puso a contar la historia de grandes matemáticos y de en especial de un libro que era el Suba – Sultra hecho por Báskara Acharia quien también escribíó Lilavati, y se puso a contar la historia de Lilavati, Báskara tenía una hija llamada Lilavati, la cual al nacer le pronosticaron los astrólogo que se quedaría soltera de por vida, pero consultando le dijeron que tenía que casarla con el primer pretendiente que encuentre, ya en una boda, es costumbre que un cilindro con un pequeño orificio en una fosa de agua, al hundirse lentamente, marque la hora, la inocente Lilavati, se acercó a el cilindro, y justo se le cayó una de las perlas que obstruyeron el orificio del cilindro y en consecuencia, las horas pasaron y el novio y los invitados estaban esperando a la novia, las horas pasaron y todos se fueros y que pudiesen fijar una nueva fecha de boda, pero el novio nunca volvíó y ella se quedó soltera para siempre, luego dijo que les contaría uno de los varios problemas que venían en el libro Lilavati, les dijo que si una niña de 6 años es vendida por 32 niscas, ¿cual será el precio de una jovencita de 20 años?
Capitulo XIX
El príncipe Clazir elogió al calculista y le hizo la pregunta de un problema que estaba en el libro Lilavati y que aún nadie lo pudo resolver, y le preguntó, habían tres marineros que les recompensaron con monedas (monedas entre 200 y 300), las guardaron en un cofre y al día siguientes se las darían, el primero se despertó en la noche (a escondidas), tomó el cofre y con justicia dividíó las monedas entre tres, la división era inexacta y sobraba una moneda que la tiró al mar para que no hayan discusiones; al rato el segundo marinero se levantó, tomó el cofre, y dividíó las monedas entre tres, la división era inexacta y sobraba una moneda que la tiró al mar; y el tercero también luego se levantó a escondidas, dividíó las monedas entre tres, la división era inexacta y sobraba una moneda que la tiró al mar, al día siguiente les repartieron las monedas y la división era inexacta, el que repartíó tomó la moneda que sobraba por derecho a repartir,; la pregunta es ¿cuantas monedas habían? Y ¿cuantas les tocaron a cada marinero?. El calculista respondíó rápidamente que habían 241, el primer marinero tubo 103 monedas, el segundo tubo 76 monedas y el tercero sólo 58, eso suman 237, mas las 3 monedas que tiraron, y la moneda que se quedó el que repartíó las suman las 241. El Príncipe asombrado le regaló una medalla de oro con finos diamantes y un escrito simbólico.
Deja un comentario