01 Nov

Unificación Italiana

Etapas del proceso (1815-1870)

1.ª Fase: 1815-1848

Italia, dividida en siete estados tras el Congreso de Viena, inicia su camino hacia la unificación bajo el liderazgo de Víctor Manuel II de Saboya, rey de Piamonte-Cerdeña, y su ministro Cavour. El movimiento risorgimento, con figuras como Mazzini y su Joven Italia, impulsó revueltas nacionalistas, buscando la unidad nacional basada en el Romanticismo y el sentimiento de pertenencia a una misma nación.

2.ª Fase: 1849-1861

La alianza con Francia contra Austria, potencia dominante en el norte de Italia, resultó en victorias en Magenta y Solferino. Con la ayuda de Napoleón III, Piamonte-Cerdeña anexionó Lombardía. Se estableció un parlamento italiano común para los territorios incorporados: Parma, Módena, Toscana, Romaña y Bolonia. Garibaldi, con sus Mil Camisas Rojas, conquistó Sicilia y Nápoles tras la sublevación campesina contra el rey napolitano. Sicilia, Las Marcas y Umbría se unieron al reino de Piamonte.

3.ª Fase: 1861-1870

Con la incorporación de los Estados Pontificios y el Véneto, la unificación se completó. La guerra entre Prusia e Italia contra Austria culminó con la cesión de Venecia a Italia. Víctor Manuel II fue proclamado rey de Italia en 1861. Roma se convirtió en la capital, aunque el Papa no reconoció la anexión hasta los Tratados de Letrán (1929), que crearon el Estado de la Ciudad del Vaticano. Italia se configuró como un estado liberal, burgués y constitucional.

Unificación Alemana

Proceso de Unificación (Siglo XIX)

El proceso político que culminó con la creación del Imperio Alemán a finales del siglo XIX, tuvo sus inicios en el Parlamento de Fráncfort de 1848, que buscaba la unificación bajo una monarquía prusiana. El rechazo del rey de Prusia a esta propuesta marcó el carácter conservador y autoritario del proceso.

1.ª Fase: 1815-1848

En 1834, los estados alemanes, excluyendo Austria, formaron el Zollverein, una unión aduanera que promovió la cooperación económica y sentó las bases para la futura unión política. Impulsado por los junkers (terratenientes), el Zollverein unificó los mercados alemanes, aceleró la industrialización, fortaleció el ejército e impulsó reformas políticas. El Romanticismo y el idealismo filosófico influyeron en las revoluciones de Prusia, Wurtemberg y Baviera.

2.ª Fase: 1848-1862

Un periodo contrarrevolucionario con diferentes grupos aislados caracterizó esta fase. Guillermo I ascendió al trono de Prusia. El Parlamento de Fráncfort, surgido de las revoluciones de 1848, fracasó debido a la divergencia de intereses.

3.ª Fase: 1862-1870

Bismarck, nombrado canciller de Prusia por Guillermo I, defendió la autoridad real frente a las tendencias democráticas. Intervino en la crisis de los ducados daneses, anexionándolos a Prusia. Las guerras contra Dinamarca (ocupación de Schleswig y Holstein) y Austria (victoria en Sadowa) marcaron esta etapa. En Versalles, se proclamó el Segundo Reich, con Guillermo I como káiser. Se formó un estado autoritario, militarista y oligárquico, con el apoyo de los junkers y bajo control prusiano.

Imperialismo: Causas y Condiciones

Causas del Imperialismo (Siglo XIX)

El nuevo modelo imperialista del siglo XIX, liderado por Francia y Reino Unido, y seguido por otras potencias industrializadas, se basó en la expansión industrial y la rápida ocupación de África y Asia. Diversas causas motivaron esta expansión:

  • Económicas: El librecambismo inicial dio paso al proteccionismo debido a la depresión comercial. La competencia entre las nuevas potencias (Alemania, Japón, EEUU) impulsó la búsqueda de nuevos mercados para el excedente de producción, materias primas baratas y mano de obra. Las colonias también ofrecían oportunidades de inversión.
  • Políticas: El control de rutas estratégicas, como los canales de Suez y Panamá, y la vigilancia de los adversarios, justificaron la posesión de colonias, incluso las no rentables. La carrera imperialista reflejaba la búsqueda de la hegemonía mundial.
  • Demográficas: El excedente de población en las potencias europeas impulsó la emigración a las colonias en busca de mejores oportunidades.
  • Ideológicas: La justificación del imperialismo se basó en la idea de la superioridad racial blanca y su misión civilizadora, así como en la evocación de un pasado glorioso.
  • Religiosas: La expansión colonial se vinculó a la acción misionera y la difusión del cristianismo, aunque rechazando la esclavitud.

Condiciones Laborales (Siglo XIX)

El éxodo rural llevó a los campesinos a las ciudades en busca de trabajo, donde se enfrentaron a jornadas de 14 horas, bajos salarios y falta de protección social. No existían pensiones, ni seguros por accidentes laborales. Mujeres y niños se vieron obligados a trabajar en las mismas condiciones que los hombres, aunque con salarios inferiores. El alto nivel de analfabetismo, la miseria, la suciedad y las epidemias eran características de los barrios obreros que crecían alrededor de las ciudades.

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