01 Ene
6.LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO
6.1 REYES CATÓLICOS: LA UníÓN DINÁSTICA
Antes del acceso de Isabel como reina de Castilla, en la Península existía cinco reinos: la Corona de Castilla, la Corona de Aragón, el reino de Granada, el reino de Navarra y el reino de Portugal. A su muerte, el panorama sería ya muy diferente, pues durante el reinado habrían unido bajo una misma dinastía distintos territorios.
Su matrimonio con Fernando de Aragón (1469) posibilitaría la uníón de la Corona castellana y aragonesa. Cuando Isabel fue proclamada reina de Castilla (1474), tras una Guerra Civil, Fernando se sintió molesto de que no se le hubiese proclamado también a él como rey junto a su esposa, y se llegó a un compromiso con la firma de la Concordia de Segovia (1475): los dos gobernarían conjuntamente Castilla. Después, cuando Fernando fue rey de Aragón (1479) dispuso que también gobernasen conjuntamente en Aragón. Esta unidad dinástica se simbolizó de varias formas: en los documentos oficiales el nombre de Fernando precedería al de Isabel, pero en la enumeración de los reinos de uno y otro irían alternándose aunque comenzando por Castilla; en las monedas figurarían los dos juntos y juntas irían las divisas ideadas por Antonio de Nebrija: el yugo de Fernando (con la Y de Isabel) y las flechas de Isabel (con la F de Fernando), como símbolo de la unidad, todo bajo el lema :”Tanto monta, monta tanto” que representaban la igualdad de ambos esposos. Los reyes serían Isabel I de Castilla y Aragón y Fernando II de Aragón y V de Castilla. Las grandes decisiones se tomarían por acuerdo mutuo y esa fue una de las causas de sus éxitos. Pero ambos reinos seguirían manteniendo su independencia y sus propias carácterísticas e instituciones, es decir, cada reino tenía sus leyes, sus cortes, su moneda y sus fronteras, de tal manera que los habitantes de Castilla eran extranjeros en Aragón y viceversa. El único vínculo jurídico entre los distintos territorios era la persona de los monarcas, es decir, una mera uníón dinástica, ya que no se produjo una unidad política: los reinos compartían unos mismos reyes, pero internamente no existía una monarquía centralizada y unitaria, sino que cada reino funcionaba de manera totalmente aislada.
Los Reyes, sin embargo, perseguirían la unificación territorial de la Península:
Conquistan el reino Nazarí de Granada (1492)
, tras una larga guerra y anexiona el reino de Navarra (1512).
Sólo permanecerá al margen el reino de Portugal, pero su política matrimonial dará frutos más tarde cuando Felipe II sea proclamado rey de Portugal en 1580 completándose la uníón dinástica en los territorios de la Península.
6.2 LOS REYES CATÓLICOS: LA CONQUISTA DE REINO NAZARÍ e incorporación del Reino de Navarra
En el Siglo XIII Al-Ándalus se redujo al reino nazarí de Granada que ocupaba el sistema Penibético y la costa Mediterránea, lo que podría equivaler a las provincias de Málaga, Granada y Almería. La riqueza de su economía se debía a la numerosa población (550.000 habitantes) y a una economía equilibrada basada en una agricultura intensiva con sistemas de regadío, una artesanía diversificada y en un comercio activo con Castilla, el Mediterráneo africano y oriental y en los puertos italianos. La frontera se mantuvo estable salvo 1410 cuando Fernando conquistó Antequera. Los conflictos fronterizos fueron frecuentes pero cabe destacar la batalla de El Salado (1349) que el reino nazarí perdíó Algeciras y así el dominio del Estrecho. En el interior habían numerosas luchas entre nobles (zegríes y abencerrajes) por hacerse con el poder, y entre la nobleza y el pueblo llano.
Los motivos que llevaron a los Reyes Católicos a declararle la guerra pueden resumirse en: el peligro de que Granada se convirtiese en una cabeza de puente para la llegada de los turcos a la Península; Granada estaba empobrecida por la decadencia de su comercio con el norte de África, ya no pagaba las parias que tanto había beneficiado a Castilla y, por último, la consecución de la unidad religiosa en sus reinos. El motivo inmediato que desencadenó la guerra fue que a finales de 1481 el rey de Granada, Abul Hassan, tomó por sorpresa la fortaleza castellana de Zahara. Era la causa que justificaba la guerra, ya que no era un noble musulmán quien atacaba sino el mismo rey. En la guerra participaron la nobleza y la Santa Hermandad, y duró desde 1481 a 1492. Los enfrentamientos fueron más de asedios que de batallas campales, y a la victoria final contribuyeron también las luchas internas del reino de Granada entre bandos nobiliarios rivales e, incluso entre miembros de la propia familia real: en un tiempo llegaron a estar enfrentados el emir Abul Hassan, Muley Hacén, su hermano Mamad el Zagal y su hijo Boabdil. La guerra se desarrolló en tres fases: durante la primera los cristianos conquistaron la zona occidental del reino, durante la segunda se apoderaron de la zona oriental (84-91), La última fue el largo y costoso asedio a la ciudad de Granada, con su ocupación el 2 Enero 1492. Se firmaron unas capitulaciones tolerantes con los vencidos: a los que quisieran salir del Reino se les facilitaría la venta de sus bienes y a los que se quedasen se les respetaría su libertad, sus costumbres y su religión; esta tolerancia terminará con los decretos de 1501-1502 que se les obligaría a convertirse al cristianismo (moriscos) o a abandonar los reinos, con lo que se culminaría la reconquista.
A la muerte de Isabel. Fernando anexionará el Reino de Navarra a Castilla (1512), justificando la ocupación por la alianza de Navarra con Francia, enemiga de Aragón por la política italiana. Navarra se una a Castilla, en plano de igualdad, conservando sus fueros e instituciones.
6.4. LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO: INSTITUCIONES DE GOBIERNO
Durante el Siglo XIII se había iniciado un proceso de consolidación del poder político del rey que va a culminar con los Reyes Católicos y la formación de la monarquía autoritaria en la Corona de Castilla, y para ello deberán eliminar el poder político de la nobleza, del clero, de los municipios y las cortes. Como contrapartida, a los nobles les compensó con los mayorazgos, y a la Iglesia, tras anularles el poder controlando el maestrazgo de las órdenes militares (Fernando se nombró Gran Maestre de todas las ordenes para controlar su riqueza que incorporó a la corona)
, y el Patronato Regio (se reservaba el nombramiento de directo de la jerarquía eclesiástica en Granada y América), les compensó con el poder que tuvo la Inquisición.
La estructura política de la Corona de Castilla era claramente unitaria, en cambio en la Corona de Aragón era una asociación de varios reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca). Cada uno de estos territorios constituía un Estado con sus leyes propias y sus órganos de gobierno. Los Reyes Católicos aceptaron esta pluralidad de Estados y lo reconocerán en todos sus documentos. El único vínculo jurídico común al conjunto de sus territorios era la persona del monarca. Los R.R.C.C. Crearon una serie de instituciones comunes a todos los reinos: la Inquisición (tuvo jurisdicción en todos los reinos); el ejército (que era real y no de Castilla o Aragón) y, los embajadores (representación de los reyes en el extranjero
También una serie de instituciones de gobierno como son:
- Los virreyes: representantes del rey en los territorios en los que no residían.
- Los consejos ya existían, pero los reyes los readaptaron a la nueva situación o crearon otros nuevos. Eran órganos colegiados que orientaban y aconsejaba, la decisión final la adoptaba el rey. Había consejos territoriales, que ejercían su función en un reino o territorio, y entre los que los más importantes fueron el de Castilla o el de Aragón (el Consejo Real de Castilla ya existía pero los R. Católicos lo modifican y regulan sus atribuciones; tenía competencias muy amplias y era el Consejo al que más frecuentemente acudían los Reyes; aunque tenía un cierto carácter de tribunal supremo, se ocupaba fundamentalmente de los asuntos de gobierno). Pero también los había especializados en determinadas áreas de gobierno, entre los que destacaron el Consejo de Cruzada (para allegar y gestionar los fondos para la guerra de Granada), el de la Inquisición (la Santa Inquisición se crea en 1478 en Castilla y es utilizada como método para limitar el poder existente en la corona de Aragón. Su función es la de velar por la pureza de la fe católica. Inicialmente va contra los falsos conversos pero va complicando su gama de competencias y va contra toda actuación en contra de la fe católica. El de Órdenes Militares o el de la Santa Hermandad (cuya finalidad era perseguir a los malhechores en el campo y velar por la seguridad en los pueblos).
- Las Cortes, dada la tendencia autoritaria de los R. Católicos, perdieron importancia y fueron convocadas en pocas ocasiones.
- Las Audiencias o Chancillerías eran la máxima instancia judicial tanto en lo penal como en lo civil, y crearon la de Valladolid, la de Granada y la de Santiago.
- En la administración local de los concejos, el corregidor, nombrado por el rey y pagado por el ayuntamiento, era la máxima autoridad judicial, militar y fiscal, así como el encargado de velar por el orden público.
- También crearon, para reorganizar la Hacienda de Castilla, la Sala de Contadores Mayores de los libros de Hacienda y Patrimonio Real, de la que se hizo cargo el eficaz Alonso de Quintanilla.
Fernando el Católico mandó acuñar tres monedas de oro: el excellent de Valencia, el principat de Cataluña, y el ducado en Castilla, En plata se acuñó el real, y en cobre las blancas. Entre las dos coronas había aduanas y los impuestos eran diferentes.
6.5 PROYECCIÓN EXTERIOR BAJO LOS REYES CATÓLICOS: POLÍTICA ITALIANA Y NORTEAFRICANA
La política exterior de los Reyes Católicos fue una mezcla de los intereses, no siempre coincidentes, de Aragón y Castilla. En lo fundamental siguieron la orientación mediterránea y antifrancesa de la Corona de Aragón. Los intereses de Castilla se centraron en la política norteafricana y atlántica: Canarias, las recién descubiertas Indias y el comercio del Mar del Norte.
La política italiana:
Cuando Fernando heredó la Corona, Francia poseía los condados del Rosellón y la Cerdaña y, para recuperar ambos condados, ofrecíó a Carlos VIII su neutralidad en las guerras emprendidas por Francia en Italia y, a cambio, el rey francés se las devolvíó en 1493. Entonces, Carlos VIII invadíó el Reino de Nápoles, cuyo monarca era Alfonso II, primo de Fernando. Pero Fernando no hizo caso de lo pactado y, alegando que el Reino de Nápoles era vasallo del Papa, envió su ejército y expulsó a los franceses (1496). Luis XII, sucesor de Carlos VIII, vuelve a penetrar en Italia adueñándose de Milán en 1500. Fernando ofrecíó repartirse el territorio de Nápoles, pero los malentendidos desencadenaron una nueva guerra en la que los ejércitos españoles, dirigidos por el Gran Capitán derrotaron a los franceses Seminara, Ceriñola y Garellano, con lo que el dominio Aragónés sobre Nápoles fue total y absoluto hasta 1714.
La política africana:
Fue la vertiente castellana de la política exterior de los Reyes Católicos. El interés de los reyes se manifestó en dos áreas bien diferentes: el África mediterránea y el África atlántica. El África mediterránea interesaba para, acabada la reconquista, dar mayor seguridad a los reinos peninsulares, consolidar la hegemonía en el Mediterráneo occidental, y reactivar la lucha contra los infieles. Sin embargo, los deseos de Isabel de no enemistarse con Portugal limitaron bastante la acción de Castilla. Para evitar los recelos portugueses por el Tratado de Alcaçovas (1479) suscribíó el Tratado de Tordesillas (1494) por el que Castilla renunció al África atlántica (salvo Santa Cruz de Mar Pequeña) y Portugal renunció a sus derechos en el África mediterránea, excepto Ceuta. De acuerdo con el Tratado, Castilla conquista Melilla en 1497 y más tarde el Peñón de Vélez de la Gomara (1508), Orán (1509), Bugía y Trípoli (1510) y sometíó a vasallaje los reinos de Tremecén, Argel y Túnez. En el África atlántica lo que importaba era la seguridad a Canarias. El interés de la reina de no enemistarse con Portugal hizo que la política en esta zona fuese una continua frustración y que se redujese al control y dominio de Santa Cruz de Mar Pequeña, que se perdíó en 1524 y fue destruida.
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