22 Jul
Unión Europea: Origen e Historia
Comunidad Económica Europea (CEE): El origen de la Unión Europea se encuentra en el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando algunos países europeos decidieron asociarse con el objetivo de evitar nuevos conflictos en el continente a través del establecimiento de políticas de cooperación.
En 1957 se firmó el Tratado de Roma, por el que quedó constituida la Comunidad Económica Europea. Los países que lo firmaron fueron Francia, Bélgica, Países Bajos, Italia, Luxemburgo y la República Federal Alemana.
Primeras ampliaciones:
- 1973: Reino Unido, Irlanda y Dinamarca.
- 1981: Grecia.
- 1986: España y Portugal.
- 1992: Se firmó el Tratado de Maastricht, la CEE se convirtió en Unión Europea. El objetivo no era solo económico, sino que también se planteaba como una unión política.
- 1995: Austria, Finlandia y Suecia.
Apertura hacia el este de Europa:
Tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la desaparición de la Unión Soviética (1991), en 2004 se incorporaron la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Letonia, Lituania, Estonia, Eslovenia, Malta y Chipre. Posteriormente, en 2007 se unieron Bulgaria y Rumanía, y en 2013, Croacia.
Instituciones de la Unión Europea
- Consejo Europeo: Su función es definir la orientación y las prioridades políticas de la UE. Está compuesto por los jefes de Estado o Gobierno y por el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
- Consejo de la UE: Ahí están representados los gobiernos de los países miembros. Sus funciones son aprobar leyes, gestionar los presupuestos y dirigir las políticas exterior y de seguridad.
- Comisión Europea: Es el gobierno de la Unión. Está formado por el presidente, elegido por los países miembros, y por los comisarios, que se ocupan de una tarea específica.
- Parlamento Europeo: Sus miembros son elegidos por los ciudadanos de los países miembros cada cinco años. Sus funciones son hacer leyes, controlar la Comisión Europea y aprobar los presupuestos de la UE.
Organización Territorial Española
Divisiones territoriales:
Según lo establecido en 1978, el Estado español se organiza territorialmente en municipios, provincias y comunidades autónomas. Estas entidades tienen autonomía para gestionar sus competencias y existen tres administraciones:
- Administración municipal: Los municipios son las entidades territoriales y administrativas básicas del Estado. La administración local gestiona los asuntos de los vecinos, como la regulación urbanística, la limpieza de las calles, el alumbrado… Su órgano de gobierno es el Ayuntamiento, dirigido por el alcalde y los concejales.
- Administración provincial: Las provincias están formadas por una agrupación de municipios. La división territorial fue establecida en 1833 por Javier de Burgos y, desde entonces, no ha experimentado grandes cambios. En la actualidad, el territorio español está dividido en 50 provincias, cuyo órgano de gobierno es la Diputación Provincial. Su función es gestionar los intereses económicos y administrativos de la provincia.
- Administración autonómica: Las comunidades autónomas son entidades territoriales que se crearon a partir de la Constitución de 1978 para garantizar el autogobierno de las regiones y nacionalidades de España. Hay 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas que agrupan territorios con una historia y cultura común. En 1979 y 1983 se aprobaron los 17 Estatutos de Autonomía de las respectivas comunidades españolas, donde se establece su organización política. Cada comunidad dispone de su propio gobierno y parlamento, cuyos miembros son elegidos en las elecciones autonómicas.
Organización Política de un Estado
- Poder legislativo: Su función es elaborar y aprobar leyes. Sus representantes son elegidos en elecciones generales que se celebran cada cuatro años y por las que se constituyen las Cortes Generales, que se dividen en dos cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado.
- Poder ejecutivo: Reside en el gobierno. Su misión es ejecutar las leyes aprobadas por el parlamento y dirigir la política interior y exterior del Estado. Está encabezado por el presidente del gobierno, que dirige el Consejo de Ministros. Todos ellos forman el gobierno.
- Poder judicial: Tiene como objetivo aplicar las leyes y garantizar la justicia de los ciudadanos. Su órgano más importante es el Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros son elegidos por las Cortes.
Distribución de la Población Europea
- Zonas con mayor densidad: Se encuentran en el eje que parte de Inglaterra y cruza Países Bajos, Bélgica, norte de Francia y Alemania.
- Regiones menos pobladas: Se hallan en el extremo norte y oriental, como consecuencia de su clima frío.
Crecimiento Natural y Envejecimiento
El crecimiento natural de la población europea es muy débil. La población decrece en el este y centro de Europa y en algunos países del sur. En cambio, es superior a la media en el norte y oeste del continente. Debido a la baja fecundidad y a su alta esperanza de vida, la población europea está muy envejecida. La población en edad de trabajar se reduce cada año y aumenta la tasa de población dependiente.
Movimientos Migratorios en Europa
Europa es un espacio de inmigración por varias razones históricas y culturales. Según los países de destino, esta inmigración compensa el escaso crecimiento natural europeo y rejuvenece la población del continente. Dentro del continente se producen movimientos migratorios entre países. Muchos jubilados de Europa occidental y central se trasladan a regiones de la costa mediterránea. Desde los países del este y del sur, muchos trabajadores emigran hacia Europa occidental y central, donde se ofrecen más oportunidades laborales y un nivel de renta superior.
Población Urbana Europea
Gran parte de la población europea vive en ciudades. Es un continente muy urbanizado.
Ejes:
- Dorsal: La concentración más importante de ciudades está en el triángulo que forman Londres, París y Colonia.
- Arcos mediterráneo y Atlántico: Las costas del Mediterráneo occidental y Atlántico forman dos extensos ejes urbanos.
- Ejes fluviales del este: Los ríos Danubio, Dniéper y Volga agrupan ciudades en sus orillas.
Evolución Demográfica en España
Escaso crecimiento hasta el siglo XIX:
A lo largo de la Edad Antigua y la Edad Media, la población española creció muy lentamente debido a que la natalidad se veía contrarrestada por una alta tasa de mortalidad. En el siglo XVI tuvo lugar cierto crecimiento, truncado en el siglo XVII. En el siglo XVIII, la población volvió a aumentar como consecuencia de las mejoras en la alimentación. El proceso de transición demográfica llegó con retraso a España debido a la situación económica del país. Desde el último tercio del siglo XIX se produjo un lento y progresivo descenso de la natalidad y la mortalidad.
Crecimiento durante la mayor parte del siglo XX:
Durante la primera mitad del siglo XX, el crecimiento de la población fue importante, ya que la natalidad se mantuvo por encima de la mortalidad. Sin embargo, el impacto de la epidemia de gripe de 1918, la Guerra Civil (1936-1939) y los años de hambre y represión posteriores al conflicto rompieron esa tendencia. De 1950 a 1975 se produjo la mayor fase de crecimiento de la población, una explosión demográfica provocada por el mantenimiento de una elevada natalidad y la reducción de las tasas de mortalidad. También se produjo un éxodo de población desde las zonas rurales a las ciudades, que experimentaron un crecimiento sin precedentes.
Freno al crecimiento en las últimas décadas:
A partir de 1975, el crecimiento de la población española fue escaso. La modernización social y económica del país y la incorporación de la mujer al trabajo provocaron una reducción de la natalidad. La fecundidad también es muy reducida y no llega a la tasa de reemplazo generacional (el número de nacimientos necesarios para compensar las defunciones anuales). Las causas son el coste económico de los hijos, la incorporación de la mujer al trabajo y la ausencia de políticas adecuadas para conciliar la vida familiar y profesional. La mortalidad tuvo un descenso en los años 70 del siglo XX, como consecuencia de las mejoras en la calidad de vida y el sistema sanitario. En la actualidad, la población española tiene una muy alta esperanza de vida. Por todo ello, la población española ha ido envejeciendo a un ritmo muy alto. A principios de este siglo, el crecimiento demográfico se recuperó por la llegada de jóvenes inmigrantes que hicieron aumentar la tasa de natalidad, pero la crisis económica de los últimos años ha interrumpido esta tendencia.
Deja un comentario