25 Feb

Plano simbólico


Lorca estaba muy influenciado por el simbolismo propio de la Generación del 27. Los símbolos constituyen uno de los pilares creadores en su producción:
las flores: Adela tenía un abanico de flores, Paca la Roseta vuelve con una corona de flores después de mantener relaciones sexuales en el olivar, y en la canción de los segadores ya que pide rosas para adornar su sombrero.
Los colores: El blanco simboliza vida, alegría, amor y libertad.
Las paredes de la casa, las sábanas que cosen, las enaguas, el caballo, las estrellas y la oveja de Mª Josefa son blancas. El negro simboliza tristeza, odio, muere: Adela muere de noche, los trajes de luto son negros. El verde que aparece en el vestido y abanico de Adela muestran rebeldía, y a veces incluso muerte.

Los animales tienen su propio valor simbólico: El caballo simboliza la pasión sexual, el deseo amoroso, el instinto… y además es la correlación de Pepe el Romano en el mundo animal. La oveja simboliza niñez y fertilidad, y el perro sumisión y animalización.
Los árboles simbolizan fuerza y virilidad; las flores el amor y la pasión; la luna representa la muerte y el erotismo; el sol vida y alegría; la sed es una referencia al deseo sexual, el agua es vida y erotismo; y el pozo significa muerte.
El bastón de Bernarda posee valor simbólico: el poder tiránico. Por eso Adela lo rompe en un intento desesperado por escapar de su realidad.
Los nombres ayudan al lector a reconocer algunos de sus rasgos: Bernarda (con fuerza), Alba (blanco, castidad), Martirio (muerte), Angustias (triste, apagado), Magdalena (con tendencia a llorar), Adela (de carácter noble), Poncia es el personaje femenino asociado a Poncio Pilatos, con tendencia a lavarse las manos y no complicarse la existencia, y por último Prudencia (vieja, prudente y sabia).
Finalmente destaca el juego de relaciones dramáticas entorno a Pepe el Romano (personaje invisible), que le envuelve en un hálito de misterio.
Después de este análisis vemos que el lenguaje poético que crea Lorca tiene dobles significados que convierten las palabras en símbolos dentro de la obra.
El Realismo de la obra es el marco que esconde un mundo simbólico, interior y poético.


Plano poético


En La casa de Bernarda Alba se combinan realidad y poesía. No podemos hablar de drama realista porque supera los límites del Realismo aunque se tomen datos de la realidad.
Los personajes, la situación dramática y el espacio simbólico están vistos desde una dimensión poética: hipérbole en la descripción, metáfora en el habla de los personajes, antítesis, que nos llevan a la poetización de la realidad.
El mayor mérito de Lorca ha sido integrar su lenguaje poético en el habla de los personajes de manera que parezca natural y espontáneo. Encontramos coloquialismos, vulgarismos, frases hechas y palabra poética.
Parte de los personajes y las anécdotas tienen una base real en Valderrubio (Granada), dónde Lorca vivíó de pequeño. Bernarda tiene mucho en común con Frasquita Alba, que vivía frente a su casa. Frasquita se casó dos veces, tuvo 5 hijas y 2 varones, era una mujer dominante. También existía referencia real para Pepe el Romano, Poncia, Enrique Humanes y Maximiliano.
En el primer acto aparecen actos realistas (limpieza de la casa, mendiga pidiendo…). En el segundo disminuyen (mujeres cosiendo) y pierden fuerza en el tercero (mujeres cenando, ladridos de los perros…) y se introducen elementos mágicos (noche estrellada, anciana con la oveja…).
La obra ha ido perdiendo Realismo en beneficio del carácter poético.
Lorca se sirve del verso en cuatro ocasiones:
a)En la letanía del primer acto, rezos de Bernarda y las mujeres del pueblo.
b)En la canción de los segadores, que recuerda a las hijas de Bernarda la libertad, la alegría y el amor que existe en el mundo exterior.
c)En un dicho popular al que se da forma estrófica Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita, con papel y agua bendita.
d)En la canción de cuna que canta Mª Josefa con la oveja en brazos, canción en la que el mar es símbolo de libertad.


Plano social


Resulta obvio que Lorca tenía gran conciencia social y que de verdad le preocupaban mucho los problemas sociales, pero de ahí no se puede concluir que Bernarda Alba sea una obra política. 

El subtítulo de la obra, «Drama de mujeres en los pueblos de España», ha originado ciertos problemas, pues no es un intento de presentar las mujeres de todos los pueblos españoles. Es la representación de una familia andaluza «al margen». Al autor le interesa la vida moral de un pueblo y no hay duda de que hay crítica social, pero no tiene como blanco la sociedad española, ni siquiera toda la sociedad andaluza. Bernarda no representa España, tampoco su pueblo; solo representa lo que es: una mujer desgraciada cuya razón de ser es el odio y la represión que impone a los otros. Actúa mal en el modo de emplear el poder que la jerarquía y el código social le confieren. Hay, por tanto, una crítica social en la obra que se dirige contra la perversión y el abuso de poder y contra la hipocresía de los que carecen de sus valores originales. 

Bernarda es el personaje de autoridad y ley social. Al otro extremo, al lado de la individualidad y ley natural, está Adela. Pero no son encarnaciones del bien y del mal. Bernarda es represiva, pero siempre dentro de los límites sociales. Adela, que representa la única posibilidad de amor que vemos en la obra, tampoco está exenta de culpa ya que rompe con su rebelión las normas establecidas de su sociedad y lo hace sabiendo perfectamente lo que significa. El conflicto de Bernarda y Adela es un conflicto universal. La lucha entre la ley individual anárquica y la ley social. Lorca critica las dos fuerzas pero lo que interesa es la lucha misma en su fuerza teatral.



Introducción

El granadino Federico García Lorca (1898-1936) constituye una de las cimas de la Generación del 27. Como poeta, alcanzó la fama con Poema del cante jondo y, sobre todo, Romancero gitano y Poeta en Nueva York, uno de los máximos exponentes del Surrealismo en poesía. Como autor teatral, fue quien más éxito cosechó entre los que intentaron mejorar la escena española. Así, Bodas de sangre, que conocíó un éxito apoteósico; Yerma y la casa de Bernarda Alba, estrenada años después de su asesinato, se han convertido ya en clásicos. 

(planos)


En La casa de Bernarda Alba no hay personajes sobrenaturales, no hay coros, no hay danzas simbólicas, ni romerías, ni nada ritual. No hay tampoco, excepto en dos canciones fragmentarias, un solo verso. No queda ningún elemento de la tragedia griega. Pero parece bastante indudable, según el parecer de los más destacados estudiosos, que esta obra continúa la línea del teatro poético lorquiano y, en consecuencia, no cabe ver el carácter realista que algunos críticos han adjudicado a la obra. Ello se manifiesta en los planos simbólico, poético y social. 

(ejes)


El tema central de la obra es el enfrentamiento entre una moral autoritaria, rígida y convencional (representada por Bernarda) y el deseo de libertad (encarnado por Adela y Me Josefa). Además de este, que puede considerarse el principal, hay otros motivos y temas secundarios. 


TEMA CENTRAL

La oposición se plantea desde el comienzo de la obra. Bernarda intenta imponer sus normas opresivas basándose en la autoridad que le concede su posición de «cabeza de familia», en tanto que Ma Josefa y Adela intentan rebelarse y hacer frente a su dominio. El resto de sus hijas y las criadas la temen y le obedecen. Impone un luto de ocho años, marca rígidamente el comportamiento de sus hijas frente a los hombres, restablece el orden cuando sus hijas discuten y, salvo contadísimas excepciones, todas se someten a su disciplina, 

Sin embargo, el deseo de libertad y el impulso amoroso de Adela son más fuertes que su temor a la autoridad materna. Desde el comienzo, Adela muestra su desafío con un abanico de flores rojas y un vestido verde. Expresa su deseo de libertad y su decisión de romper con las normas de Bernarda, hasta que al final se produce el enfrentamiento directo con su madre, arrebatándole el bastón, partíéndolo en dos y defendiendo su recuperada libertad, libertad efímera. Con el suicidio de Adela se ciega para las demás el camino de la libertad. Ma Josefa da cauce a su rebeldía a través de la locura, única vía de escape para un personaje maltratado y enclaustrado. Su locura, sin embargo, le da fuerzas para proclamar sus anhelos de libertad, enfrentarse a Bernarda y denunciar su tiranía y el sufrimiento de las demás. En síntesis, la opresión y el autoritarismo de Bernarda provoca dos respuestas estériles: la locura de Ma Josefa y el suicidio de Adela. 

TEMAS SECUNDARIOS

1-Amor sensual y búsqueda del varón

2-Injusticia social

3-Hipocresía y falsas apariencias

4- Honra

5-Marginación de la mujer

6-Desigualdad económica



1-El dominio tiránico de Bernarda impide que sus hijas entablen una relación amorosa. Bernarda alejó a Enrique humanes (prometido de Martirio) y prohibíó la entrada de hombres en su casa, por eso las hijas pierden la posibilidad de encontrar marido. La aparición de Pepe el Romano desencadenará pasiones en estas mujeres solteras. Bernarda aceptó casarse con Angustias, que era la mayor y más fea y provocó un enfrentamiento entre ellas. Angustias estaba feliz por la boda, Martirio se enamora de Pepe y Adela llega a mantener relaciones con él. La presencia del hombre y la pasión amorosa se concretan por dos caminos:  Alusiones a historias amorosas, ocurridas en fuera de escena como por ejemplo cuando Poncia cuenta lo ocurrido a paca la roseta y por medio de vivencias auténticas como por ejemplo la pasión de Adela y Martirio. 


2-Lorca durante el primer acto denuncia las injusticias sociales, el orgullo de clases y la crueldad a estratos inferiores. Plantea una jerarquía social bien definida. En primer lugar, Bernarda y su familia, luego Poncia, después la criada y por último la Mendiga. Cada estrato superior odia a los inferiores. La desigualdad económica afecta a las hijas de Bernarda, Pepe el romano elige a Angustias por su fortuna. En el segundo acto disminuye las alusiones sociales para centrarse en las relaciones humanas.


3-Bernarda se preocupa por la opinión ajena, el temor a la murmuración, el deseo de aparentar lo que no es… Esto se puede ver reflejado en la obsesión por la limpieza y también al ocultar la locura de Mª Josefa y el suicidio de Adela.  La hipocresía también está presente en martirio, y se refleja en el episodio del retrato.


4-Está ligada al tema de las apariencias y vinculada al amor. Bernarda se mueve guiada por la tradición, exigiendo un comportamiento público inmaculado. Este sentido de la honra es el mismo que impera en el pueblo, por ejemplo, el linchamiento de la hija de la Librada por tener un hijo con un hombre que no es su marido.  


5-Lorca quiere denunciar la marginación de la mujer y para ello enfrenta dos modelos de comportamiento femenino: El basado en una moral relajada( paca de la roseta y la hija de la librada) que llevan una vida de aparente libertad, viven al margen de la sociedad y son condenadas moral y físicamente por el pueblo. El basado en la concepción de la decencia que es el que Bernarda impone a sus hijas: Esto implica su misión a las normas sociales que discriminan a la mujer en beneficio del hombre. Bernarda impone a sus hijas un comportamiento basado en concebir y cuidar la casa. A la mujer le está prohibido cualquier impulso amoroso pero al hombre le está permitido mantener relaciones extramatrimoniales. A partir del linchamiento de la hija de la librada, Adela se separa de sus hermanas identificándose con las mujeres del primer grupo. La casa de Bernarda Alba es una lucha entre el autoritarismo de la madre y la ansias de libertad de las hermanas. En la que desde el principio hasta el final vence la tiranía de Bernarda. “ Silencio” es la primera y última palabra de Bernarda en la obra.


6-aparece ya en las primeras escenas y afecta, incluso, a las hijas de Bernarda lo que provocará, en cierta medida, el drama, puesto que Pepe elige a Angustias por su fortuna. Bernarda, codiciosa, es incapaz de cualquier impulso de generosidad (no quiere regalar la ropa de su difunto marido). Cada personaje tiende a humillar al que se sitúa por debajo.  

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