27 Dic

Las Vanguardias: Definición y Rasgos Comunes

Con el término vanguardia, se han designado aquellos movimientos que se oponen a la estética anterior y que proponen concepciones profundamente nuevas del arte y la literatura.

Los llamados «ismos» vanguardistas se suceden rápidamente: Futurismo, Expresionismo, Surrealismo… Algunos de estos pasan como efímeras modas y otros dejan una gran huella.

En literatura, las vanguardias tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna. Fundó la revista Prometeo, donde publicará poco después el manifiesto futurista. En ella se dan novedades que se producen en el panorama literario en Europa.

También hay que destacar famosas revistas y tertulias como la del café de Pombo, presidida por Ramón, o la Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset.

Tras un período de esplendor (segunda y tercera década del siglo XX), las vanguardias viven su ocaso en España con los graves sucesos que en la década de los 30 conducen al estallido de la Guerra Civil.

Rasgos a destacar:

  • Carácter antisubjetivo y antisentimental. Se busca la creación de un arte impersonal, es el llamado arte «deshumanizado» del que hablaba Ortega y Gasset, que pretendía desterrar de la obra artística las emociones humanas.
  • Antimimetismo. Se produce una ruptura con el Realismo. Este hecho es fácilmente apreciable en las pinturas cubistas o futuristas, o en los poemas surrealistas.
  • Predomina la actitud lúdica en el artista. Predomina en el arte la actitud humorística, como consecuencia del escepticismo provocado por el desastre de la Primera Guerra Mundial, y el deseo de escandalizar a esa sociedad burguesa bienpensante.
  • Rechazo de la racionalidad. Abundan en las novelas y poemas las imágenes y metáforas sorprendentes, las asociaciones irracionales… que muchas veces son consecuencia de la práctica de la llamada «escritura automática». En España, este tipo de expresión alcanza una inusual belleza, por ejemplo, en los poemas de Poeta en Nueva York de Lorca.
  • Ruptura con la tradición anterior. Pretende romper con todo el arte anterior, ya que lo consideran el medio de expresión de esa sociedad burguesa que ha provocado la Guerra Mundial. En consecuencia, se pretende crear un arte nuevo dentro de una nueva sociedad. De ahí que algunas vanguardias como el Futurismo celebren en sus obras los avances tecnológicos de la época.

La Generación del 27: Definición, Características Generales y Evolución

Existen dos sucesos fundamentales para identificar a los poetas que integrarían la Generación del 27. La celebración en el Ateneo de Sevilla de un acto para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora y un ensayo de Pedro Salinas.

Partiendo de ellos, se suele incluir en el grupo del 27 a los siguientes poetas: Alberti, Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Pedro Salinas

Nos encontramos ante un grupo compacto que nace de una amistad compartida y unas experiencias comunes («Generación de la amistad» se ha llamado a veces a este conjunto de poetas). Estos desarrollaban su actividad en torno a lugares de encuentro como la Residencia de Estudiantes, también participan en actos comunes como la conmemoración de Góngora…

Es importante señalar ciertas afinidades estéticas que los unen: la tendencia al equilibrio entre ciertos polos opuestos; lo intelectual y lo sentimental; la concepción de la poesía como una experiencia de conocimiento; la síntesis entre la búsqueda de la pureza estética y la autenticidad humana y el equilibrio entre lo minoritario y la poesía dirigida a la mayoría. Por lo demás, en todos ellos se descubre el deseo de conjugar el respeto por la tradición literaria española con el seguimiento de las corrientes poéticas europeas más renovadoras. El Vanguardismo dejó muchas huellas, en especial movimientos como el Ultraísmo o el Creacionismo y, sobre todo, el Surrealismo. En cuanto a los autores que los precedieron, hay que señalar el doble magisterio de Juan Ramón Jiménez y de Ramón Gómez de la Serna o su admiración por Unamuno, Machado o Rubén Darío. Desde el siglo XIX, les llegó la influencia de Bécquer, que puede rastrearse en los comienzos de casi todos ellos. Además, su amor por los clásicos fue inmenso.

Etapas de la Generación del 27

Se dan tres grandes etapas:

  • 1ª etapa: hasta 1927, aproximadamente. Se da la presencia de tonos becquerianos, junto a algunas influencias modernistas. Pronto se dejará sentir en estos poetas el influjo de las vanguardias que, junto al magisterio de Juan Ramón, los orienta hacia la «poesía pura». Un gran instrumento es la metáfora, que han aprendido de Ramón y de otros vanguardistas. También se dará el soneto, que se observa en libros como Versos humanos de Gerardo Diego, Égloga, elegía y oda de Cernuda o Cal y canto de Rafael Alberti.
  • 2ª etapa: de 1927 a la Guerra Civil. Se inicia en ella el conocido proceso de rehumanización de su lírica, que será más rápido en unos que en otros, pero en todos se percibe el deseo de una comunicación más íntima y cordial con el mundo y con el lector. Y es entonces cuando se produce la irrupción del Surrealismo (contrario a la «poesía pura»). En este momento pasarán a primer plano los eternos sentimientos del hombre: el amor, el ansia de plenitud, las frustraciones… Casi todos los poetas del grupo se mostrarán partidarios de la República al estallar la guerra.
  • 3ª etapa: después de la Guerra. Pasa la Guerra Civil. Lorca ha muerto en 1936 (una famosa obra suya fue Poeta en Nueva York). Los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, se exilian. El grupo poético del 27 se ha dispersado, pero ninguno abandonará ya los caminos de una poesía humana. En España, la poesía del 27 deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales, cuya manifestación más intensa es Hijos de la ira (1944) de Dámaso. Más tarde, Vicente Aleixandre comienza a escribir Historia del corazón, que constituye un giro notable en su toma de conciencia ante la realidad social.

La Generación del 98: Definición y Características

En 1895, estalla la guerra colonial: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, nuestras últimas colonias de ultramar, luchan por su independencia. Será decisiva la intervención de los Estados Unidos en su favor: la escuadra española quedará destrozada en Cuba, y España se verá obligada a firmar el tratado de París (1898), por el cual abandona lo que le quedaba de su antiguo Imperio. Las pérdidas humanas y económicas han sido muy cuantiosas. Es el «Desastre del 98».

Desde años atrás, algunos intelectuales eminentes clamaban por una enérgica reconstrucción del país, por una nueva política de reformas agrarias, educativas e inversiones en infraestructuras. En fin, por la necesidad de regeneración del país. Entre estos «regeneracionistas», hay que destacar el nombre de Joaquín Costa. De él se han hecho célebres algunas frases, como la que pedía para nuestro país «despensa y escuela», es decir, una nueva política económica y educativa.

Estas ideas del regeneracionismo serán recogidas por los jóvenes que más tarde integrarán la que Azorín en 1913 llamó Generación del 98. El germen de esta generación se encuentra en el llamado «grupo de los Tres». Lo constituyeron Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu a raíz del Desastre. En 1901, difunden un manifiesto conjunto en el que denuncian la situación actual del país. Los miembros de este grupo entran en contacto con Miguel de Unamuno, que apoyó su manifiesto. A cambio, los autores del mismo lo consideran un maestro. Más tarde, se incorporará a esta generación Antonio Machado, a raíz de la publicación de su libro de poemas Campos de Castilla (1912). Parecido es el caso de Valle-Inclán, que expondrá de manera despiadada su actitud crítica hacia la sociedad española del momento. A todos ellos les acompañará Menéndez Pidal.

Características de la Generación del 98

  • En política, durante su juventud los noventayochistas profesaron ideas muy avanzadas. Unamuno perteneció durante varios años al partido socialista, y Azorín y Baroja adoptaron posiciones vecinas al anarquismo.
  • Frente al problema de España, tema central de esta generación, denuncian las circunstancias políticas del presente como germen de la desastrosa situación de España.
  • La Historia de nuestro país es otro campo de interés de los noventayochistas. Sin embargo, por debajo de la historia externa (reyes, héroes), sienten un interés especial por lo que Unamuno llamaría la «intrahistoria»; es decir, la vida callada de las gentes sencillas. Paralela a la exaltación de las gentes, es la del paisaje castellano, que representa los valores de España entera.
  • Este amor a España no es contrario a un fuerte deseo de europeización. Los escritores del 98 verán en la incorporación de nuestro país a la civilización europea la única forma de superar nuestro atraso cultural y económico.
  • En lo intelectual, comparten estos autores la influencia y la admiración por ciertos escritores y filósofos. Entre los extranjeros, Tolstoi, Poe, Nietzsche, Schopenhauer…
  • En la lengua literaria, la generación del 98, al igual que el Modernismo, aporta notables novedades. A pesar de que cada autor presenta un estilo diferenciado y una acusada personalidad, se pueden señalar algunos rasgos comunes en su estilo: una decidida voluntad antirretórica y un estilo muy cuidado.

El Modernismo: Definición y Características

Concepto

Con el término «modernismo» se designaba en el campo de las artes a una serie de tendencias europeas y americanas aparecidas en los últimos veinte años del siglo XIX. Tenían en común un marcado inconformismo y un esfuerzo de renovación estética que se oponía a las tendencias entonces vigentes (Realismo y Naturalismo). No obstante, el concepto de Modernismo está lejos de una definición unánime. Las distintas interpretaciones del término pueden agruparse en dos líneas:

  1. La concepción más estricta considera el Modernismo como un movimiento literario bien definido, que se desarrolla aproximadamente entre 1885 y 1915 y cuya cima es Rubén Darío.
  2. A lo anterior se oponen quienes piensan que el Modernismo no sería un simple movimiento literario, sino una época y una actitud. Esta interpretación fue defendida por Juan Ramón Jiménez. Según esta interpretación, el Modernismo sería un movimiento universal que inicia hacia 1885 la disolución del siglo XIX y que se manifiesta en todas las artes y en todos los ámbitos de la vida.

Intentando conciliar ambas interpretaciones, cabría definir el Modernismo en Literatura como un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial. Tal ruptura se enlaza con la amplia crisis espiritual del mundo a fines del siglo XIX.

Características del Modernismo

Los signos de una renovación en la lírica castellana van siendo cada vez más visibles a partir de 1880, tanto en España como en Hispanoamérica. Pero es indudable la primacía de América Latina en la creación de un movimiento literario como tal. En aquellos países, es fundamental la voluntad de alejarse de la tradición poética española (con la excepción de Bécquer). Este rechazo lleva a volver los ojos hacia otras literaturas, especialmente la francesa. Las influencias fundamentales proceden de dos corrientes poéticas de la literatura de este país que se desarrollaron en la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

El primero tiene como maestro a Gautier, que lanzó su lema de: «El Arte por el Arte». En la poesía de este movimiento aparecen ciertos temas que luego tomarán los modernistas: los mitos griegos, los ambientes exóticos y orientales, el mundo medieval… El Simbolismo es una corriente poética que arranca de Baudelaire y alcanza pleno desarrollo con Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Para los simbolistas, el mundo sensible es solo reflejo (o símbolo) de realidades escondidas.

Temas del Modernismo

  1. Una desazón vital de signo romántico. Afinidades de talante entre románticos y modernistas: similar malestar vital y análogo rechazo de una sociedad en la que se sienten incomprendidos. Todo ello desemboca en una profunda melancolía, sentimiento principal de los poemas modernistas.
  2. El «escapismo». Al igual que el romántico, el modernista intenta evadirse de un mundo que le disgusta. Hay una evasión en el tiempo, hacia el pasado mitológico, medieval, renacentista… apareciendo en estos poemas dioses, ninfas, centauros, princesas, caballeros…
  3. Cosmopolitismo. Se relaciona con el deseo de evasión. El cosmopolitismo de los modernistas desemboca en la devoción por París, sus cafés y su ambiente bohemio.
  4. El amor y el erotismo. En la temática modernista se advierte un contraste reiterado entre un amor delicado y un intenso erotismo.
  5. Los temas americanos. Hay también en el Modernismo un cultivo de temas indígenas.
  6. Lo hispánico. Se da un acercamiento entre los pueblos hispánicos frente a la pujanza de los EEUU. Así se observa, por ejemplo, en varios poemas de Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío.

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