06 Jun
Aceptación social y académica del leísmo
En el caso del leísmo, hay que distinguir entre el leísmo de persona y el leísmo de cosa. El leísmo de persona ha sido siempre utilizado por escritores procedentes de zonas leístas, y desde la época medieval; además, se ha extendido a zonas no leístas de todo el mundo hispánico; por lo tanto, la norma culta acepta este tipo de leísmo en singular aunque no acepta el leísmo de persona en plural. En zonas del Cono Sur americano es frecuente el leísmo de persona masculino, tanto en singular como en plural en oraciones impersonales con se. Por otro lado, el leísmo de cortesía, es decir, el uso de le-s por lo-s cuando sustituye a usted-es, está extendido en América y en España, incluso si el referente es una mujer.
El laísmo es considerado igualmente rasgo dialectal castellano y, por lo tanto, no es aceptado por la norma no laísta. El loísmo es considerado rasgo vulgar.
Carácter dialectal del leísmo y laísmo
Dialectal o sociolingüísticamente, el leísmo y el laísmo son rasgos dialectales que tienen todos los hablantes, cultos e incultos, de una determinada zona lingüística, como rasgos de identidad geográfica. Los hablantes de zonas no leístas ni laístas no aceptan estos rasgos, que los ven propios de la zona castellana, como rasgos dialectales que son.
Las variedades lingüísticas y el uso adecuado del idioma
La lengua está formada por una serie de variedades de diferente origen: geográfico, sociocultural, estilo y personal. Cada uno de estos orígenes es un criterio para el análisis y el uso de la lengua en situaciones comunicativas diversas. En el estudio de estas variedades hay que tener en cuenta la existencia de dos tipos de normas: la norma general y la norma particular; esta última se aplica sobre todo a la variedad geográfica: un rasgo dialectal propio de una zona geográfica podrá no estar de acuerdo con el uso general, pero puede ser propio y adecuado de una determinada zona geográfica y constituye parte de la norma dialectal de esa zona.
Variedades diatópicas (geográficas, dialectos o geolectos)
Origen geográfico. Cada zona geográfica tiene rasgos lingüísticos particulares que constituyen su norma concreta; afectan a tres niveles de análisis: fónico, morfosintáctico y léxico-semántico. Como tales características dialectales, no son considerados errores ni desviaciones de la norma, pues existen dos tipos de norma, una norma general panhispánica y unas normas dialectales, propias de cada zona geográfica en las que se habla la misma lengua. El hablante debe elegir entre usar la variedad estándar panhispánica o la variedad dialectal (teniendo en cuenta que, dentro de la variedad dialectal, se encuentran las hablas locales).
Variedades diastráticas (sociales, sociolectos)
Hablas características de diferentes ámbitos sociales dentro de una misma comunidad lingüística. Según el nivel sociocultural de los hablantes, existen tres niveles generales: culto, medio o estándar y bajo o vulgar. Se caracterizan por emplear distintos rasgos lingüísticos y discursivos, propios de cada nivel sociocultural:
- Nivel alto o culto: lenguaje cuidado en todos sus niveles (ortográfico, fónico, morfosintáctico, léxico-semántico y textual). Ausencia de faltas de ortografía, pronunciación correcta de todos los sonidos, empleo correcto de la morfología y de la sintaxis, uso de un vocabulario amplio y preciso, empleo de diferentes tipos de textos adecuados a diferentes situaciones comunicativas. El hablante culto posee un elevado grado de competencia comunicativa.
- Nivel medio o estándar: suele decirse que es el registro utilizado y difundido por los mensajes de comunicación social, escritos y audiovisuales, con algunos rasgos fónicos propios del habla, estructuras morfosintácticas no muy elaboradas, un vocabulario no muy amplio pero entendible por los ciudadanos y un uso discursivo limitado a unas determinadas situaciones comunicativas. El hablante de este nivel tiene una competencia comunicativa aceptable.
- Nivel bajo o vulgar: caracterizado por el uso de vulgarismos en todos los niveles de análisis de la lengua: ortográfico, fónico, morfosintáctico, léxico-semántico y textual. El hablante de este nivel tiene una competencia comunicativa muy pobre y limitada.
Variedades diafásicas (estilos o registros)
La situación comunicativa es el factor determinante para caracterizar los estilos del habla; por eso, existen dos clases generales de variedades: formal e informal. Dentro de la variedad formal se encuentran los lenguajes especiales (académicos, profesionales y científico-técnicos), y dentro de la variedad informal, se encuentran las jergas habladas (generacional y el lenguaje de la delincuencia, droga, carcelario…). La variedad formal se encuentra en los registros hablado y escrito; la variedad informal es propia del habla, pero tiene reproducción escrita.
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