01 Dic

Garcilaso de la Vega: El Caballero Renacentista

Vida

De noble familia, Garcilaso de la Vega nació en Toledo hacia 1501. Su corta vida se desarrolló durante la primera parte del reinado de Carlos I. Fue defensor de la causa del Emperador en todo momento, incluso frente a los comuneros castellanos (llegó a luchar contra su hermano, el comunero don Pedro Lasso de la Vega). Se casó en 1525, pero al año siguiente conoció a Isabel Freyre, una de las damas portuguesas de la emperatriz, de la cual se enamoró. Mas ella se casó en 1529, lo que produjo una grave crisis sentimental en Garcilaso. Isabel murió en 1533. Su amor imposible y el dolor por la muerte de la amada dejaron profunda huella en sus poemas. En 1531 fue desterrado a una isla del Danubio y después a Nápoles por haber asistido al matrimonio secreto, no autorizado por el emperador, de un sobrino suyo, hijo precisamente de su hermano, el comunero. Su estancia en Italia fue decisiva, pues allí se relacionó con importantes humanistas, leyó y estudió a los autores clásicos y escribió sus mejores versos. Murió en 1536 en Niza, como resultado de una acción militar en la Provenza.

Garcilaso ha pasado a la posteridad como prototipo de caballero renacentista, en la línea del modelo propuesto por Castiglione en El cortesano. Armonizaría en su persona el viejo ideal de las armas y de las letras: soldado, cortesano y poeta. Por otra parte, la religión no tiene especial relevancia en sus versos, lo que hizo que Azorín considerara rasgo fundamental de Garcilaso su “laicismo absoluto”, si bien ello puede explicarse por su prematura muerte, pues los poetas coetáneos no suelen abordar el tema religioso sino en sus poemas más tardíos.

Obra

Su obra fue preparada para su edición por su amigo Juan Boscán y publicada en 1543. Es relativamente breve:

  • Tres églogas
  • Unos cuarenta sonetos
  • Cuatro canciones
  • La Oda a la flor de Gnido
  • Dos elegías
  • Una epístola en verso dirigida a Boscán
  • Algunas muestras de poesía tradicional de cancionero

Esta reducida obra poética contiene, sin embargo, lo esencial en cuanto a géneros, temas, motivos, métrica, lengua, etc., de la poesía posterior. Sobre todo, sus églogas, las que, junto a algunos sonetos, representan la culminación del talento poético garcilasiano. La égloga es una composición poética bucólica en la que varios pastores dialogan sobre determinados temas, generalmente amorosos. Pese a su numeración, la Égloga II fue la primera que escribió. Es la más extensa y la única que presenta una acción dramática. La Égloga I es la más conocida. Consta de 421 versos distribuidos en estancias, en los que los pastores Salicio y Nemoroso muestran su pesar por el desdén y la muerte de sus amadas, respectivamente. La Égloga III es, quizá, la obra más lograda de Garcilaso. Escrita en octavas reales, cuenta cómo, a orillas del Tajo, cuatro ninfas bordan en sus telas sendas historias de amor y de muerte. El poema se cierra con el canto alterno de dos pastores que celebran a sus zagalas. Si tenemos en cuenta que la cuarta ninfa teje precisamente la historia de Elisa y Nemoroso, esta égloga supone una reelaboración artística considerable: la vida (experiencia amorosa del Garcilaso) se transforma en poesía (ficción pastoril) que, a su vez, se convierte en tema de una pintura o bordado. Hay, pues, un proceso de distanciamiento artístico, que revela claramente la maestría poética de su autor.

Temas

El amor es el tema predominante en la poesía garcilasiana. Sin duda, como hombre de su tiempo, muestra una concepción del amor marcadamente neoplatónica y con evidentes huellas de la tradición petrarquista. Su poesía transmite una fuerte sensación de sinceridad y agudeza. El otro gran tema de la poesía de Garcilaso es la presencia de la naturaleza.

Estilo

Esta lengua poética se ajusta a los ideales renacentistas de naturalidad y elegancia. Su lenguaje es aparentemente sencillo, fluido y natural. Busca el equilibrio clásico entre la pasión y la contención. Este deseo se refleja en la frecuente simetría de sus estructuras poéticas: versos bimembres, elementos duplicados o triplicados, paralelismos sintácticos… El tono de su poesía es dulce, triste y melancólico, como revelan los adjetivos antepuestos, uno de los rasgos más característicos de su estilo: dulces prendas, dulce nido, triste canto, triste y solitario día, cansados años… A ese tono contribuye también la novedosa métrica garcilasiana, con predominio del endecasílabo, frecuentemente asociado al heptasílabo, lo que proporciona una gran libertad expresiva. Es, asimismo, un verso muy musical por la acertada combinación de acentos y rimas, por sus aliteraciones, hipérbatos, etc.

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